Algunas tardes me vence el frío. Un frío que viene de adentro y que me asalta obligándome a encogerme.
Algunas tardes, dejo de verme, se va la luz en un momento, y a duras penas me oriento.
Algunas tardes olvido lo que tengo, y la sombra me deja ver solo lo que no tengo y deseo.
Menos mal que una tarde cualquiera, cuando no encuentro consuelo, se acerca a mí, y me ofrece su calor. Y le dejo que se acerque mucho, y parece que el tiempo se para y puedo llevarla un ratito en mi vientre de nuevo.
_ ¿Puedo dormir contigo? Le pregunto bajito.
Sus ojos verdes me miran divertidos, y me responde, feliz:
_ Vale mama, esta noche me pego a ti.
4 comentarios:
Ayyy...
Tierno, delicado, sincero... precioso. Acabo de ver a la preciosa Inés y su mamá.
Me a enternecido mucho, sabes como llegar hondo.
Inés tendrá un poema con su nombre, un regalo extraordinario. Impresionante.
Que bonito, Marta, y q suerte tener a Inés...
Un beso fuerte
Qué delicia.
Muy bonito.. si es que los niños son los que más nos calientan...
Besicos
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