ENREDARNOS




Si me preguntas por ellas, déjame que te hable de nuestros hilos de lana. 

Míralos, descansan en mis manos, llenos de color y de cosas que contarme. Comienzo a desenredarlos mientras se deslizan suaves entre mis dedos indecisos, y trato de ir soltando tanto nudo… y sonrío esperanzada cuando alguno cede, pero ¡ay! el desconsuelo todo lo invade cuando la madeja pasa del rojo al gris, y no se seguir, y me quedo helada. Entonces las veo. Aquí mismo. Llevan a mi lado todo el  tiempo…y mientras una recoge lo que yo tiré, otra me enseña-sin saberlo- como deshacer tanto lio inútil, mientras entre todas me consuelan, y me animan a seguir, y a mirar arriba, bien arriba siempre.
 Y si me quedo muy quieta -en silencio-, las oigo reír muchas veces, y entonces damos la bienvenida a las confidencias, y nos empachamos compartiendo y tiñendo de esperanza el día a día. Cualquier rincón es bueno entonces para abrir una botella de vino, para encoger las piernas y sentarnos en un portal dispuestas a cambiar el mundo sin romper nada.
Algunas noches, cuando el desaliento se abre paso, y le doy alas empeñándome en mirar hacia abajo, ellas vienen sin que las llame, y levantan los ojos al cielo; y yo, que no puedo hacer otra cosa que seguirlas, hago lo mismo, y una tras otra, alzamos las voces y gritamos fuerte que sí, que estamos aquí, dispuestas a vivir un palmo por encima del suelo. Entonces nos enredamos, y nos ponemos de puntillas, para llegar más arriba aun, sosteniéndonos… y respiramos hondo el olor de saberte querido incondicionalmente, a pesar del frío y de aquellos líos inútiles.


Queridas, hoy es día de alzar las voces, es día de enredarnos unas con otras, es día de agradecer a nuestro bebe custodio todo lo que nos regala. Es día hoy de decirle que se deje mecer por Nuestra Madre, que aspire el aroma de su manto acurrucado entre sus brazos…es día de contarle que su mama lo extraña pero sonríe, y que ahora todas miramos al cielo juntas. Hoy es día de pedirle a Nicolás que no deje de regalarnos esos sueños bonitos, esos guiños divinos que nos mantienen vivas, animándonos a seguir compartiendo dudas, certezas,  miércoles bonitos, noches de verano, y calor en los días fríos.







Nuestra Bego me lo ha regalado. 

Necesitaba atreverme a invitaros a este rincón tan mío,  y ella me ha dibujado esta preciosidad que ha terminado de enamorarme y de convencerme. Gracias querida. Gracias.

Os dejo que la disfrutéis. 

Mañana, por ser un día especial, os regalaré yo las letras que acompañan esta imagen.









YO

Cierro los ojos e inevitablemente lo primero que percibo es el olor a mis 3 pequeños, y aspiro su aroma, sintiéndome tremendamente vulnerable, mucho más miedosa, y también más feliz que antes de tenerlos, cuando solo los soñaba.

Ellos son la parte de mí que brilla, la que estrena cada día. Ellos me inspiran y me mantienen pegada al mundo real, regalándome mil motivos para no esconderme detrás de mis temores…por eso, cuando duermen o juegan en silencio, entonces la otra parte de mí, la más atrevida, me mira de reojo divertida, y me anima a perderme en ese rincón donde guardo un alma viajera y provocadora que me bisbisea permanentemente al oído que lo deje todo y me vaya a descubrir escenarios donde compartir un café con el hombre de mi vida.


Me encanta cómo sabe cuándo tengo un rato para mi sola y cambio la plastilina por este teclado. Adoro la sensación de quedarme con ganas de más cuando conozco a alguien y compartimos velada, porque si me quedo con ganas de más, sé que habrá final feliz, y que ese alguien se subirá a mi tren para siempre…mi única pena son las cortísimas 24 horas que tiene el día, y que me impiden tener más ratos de teclado, y muchas más veladas…



Me gustaría saber escribir, bracear entre sinónimos, antónimos y personajes y así instalarme en ese otro mundo mío, con cierta soltura. Quisiera vivir todas las vidas sobre el papel, engañar, amar, ir y venir, convencer y emocionar con las palabras, y en ese camino me muevo, despacio, muy despacio, pero con la confianza de que, aunque apenas se note, avanzo…

Mi truco es imaginar las cosas mucho más apasionantes de lo que luego seguramente serán y, cuando ya han pasado, recordarlas mejor de lo que realmente fueron. 

Pruébalo, a mi me funciona.