YO

Cierro los ojos e inevitablemente lo primero que percibo es el olor a mis 3 pequeños, y aspiro su aroma, sintiéndome tremendamente vulnerable, mucho más miedosa, y también más feliz que antes de tenerlos, cuando solo los soñaba.

Ellos son la parte de mí que brilla, la que estrena cada día. Ellos me inspiran y me mantienen pegada al mundo real, regalándome mil motivos para no esconderme detrás de mis temores…por eso, cuando duermen o juegan en silencio, entonces la otra parte de mí, la más atrevida, me mira de reojo divertida, y me anima a perderme en ese rincón donde guardo un alma viajera y provocadora que me bisbisea permanentemente al oído que lo deje todo y me vaya a descubrir escenarios donde compartir un café con el hombre de mi vida.


Me encanta cómo sabe cuándo tengo un rato para mi sola y cambio la plastilina por este teclado. Adoro la sensación de quedarme con ganas de más cuando conozco a alguien y compartimos velada, porque si me quedo con ganas de más, sé que habrá final feliz, y que ese alguien se subirá a mi tren para siempre…mi única pena son las cortísimas 24 horas que tiene el día, y que me impiden tener más ratos de teclado, y muchas más veladas…



Me gustaría saber escribir, bracear entre sinónimos, antónimos y personajes y así instalarme en ese otro mundo mío, con cierta soltura. Quisiera vivir todas las vidas sobre el papel, engañar, amar, ir y venir, convencer y emocionar con las palabras, y en ese camino me muevo, despacio, muy despacio, pero con la confianza de que, aunque apenas se note, avanzo…

Mi truco es imaginar las cosas mucho más apasionantes de lo que luego seguramente serán y, cuando ya han pasado, recordarlas mejor de lo que realmente fueron. 

Pruébalo, a mi me funciona.

4 comentarios:

Amalia dijo...

Martuki claro que si!!!me encanta!

Maite Fernández dijo...

Pero si ya sabes escribir!!��

majicaaa dijo...

Es el primer relato que te leo. Me ha impresionado cuanto sentimiento en tan pocas letras!! Desde hoy te sigo. Una gozada

Sarica dijo...

Yo 100% soñar es gratis y vivir de recuerdos amplificados es lo único que nos vamos a llevar a la tumba.