EL ESCONDITE

Es agosto. Son las 9 de la noche y el termómetro sigue marcando 35 grados de temperatura. Nuestras miradas se han encontrado y, sin haber hablado siquiera, huyo; tengo que esconderme. Mi intuición me dice que por mucho que trate de inventar, me encontrará hasta en el fin del mundo; pero tengo que intentarlo.
Creo que he encontrado un buen sitio. Me agazapo entre unos arbustos que -con apenas un metro y medio de altura- me obligan a encogerme hasta rasparme las rodillas. Me siento seguro aquí. Jugueteo con esa sensación fascinante que tienen los niños: si yo no veo a los demás, ellos tampoco podrán verme a mí. Tengo la infantil tentación de taparme los ojos. Estoy metido en un juego que no me gusta. Reviso mis rodillas para valorar los daños, pero mi respiración entrecortada apenas tiene tiempo de recomponerse cuando le veo acercarse, me ha visto. Cojo impulso y escapo.
Y corro;  corro tanto que me duelen las piernas. Noto como el sudor resbala por mi espalda. El aire apenas llega a mis pulmones. Intuyo el final. Apenas me separan 10 metros de él, pero no sé si llegaré a tiempo…Me sigue tan de cerca que casi puedo oler su aliento agitado. El ruido de sus zapatillas se mezcla en perfecta sintonía con los gritos que nos jalean. Me ha tocado, me ha rozado la espalda. Un escalofrío recorre mi espina dorsal. Dos metros más y ya está. Apuro mis fuerzas, estiro mi brazo derecho, y acaricio urgente mi libertad mientras grito “¡casa!”
El juego para mí ha terminado. Estoy a salvo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Deja vu!. Esto ya lo había vivido!
Creo que muchos o casi todos hemos vivido, en algún momento una ansiedad similar a la que describes.
La gracia no es conocerla si no poder describirla de forma tan realista como lo haces.
Me gustó ese teorema infantil:
"si yo no veo a los demás, ellos tampoco podrán verme a mí"
r.Lara

Anónimo dijo...

¿y las ilustraciones?
:-)

Anónimo dijo...

uffff, me he sentido niña otra vez, que recuerdos....eso si que era adrenalina eh??? jeje. Me ha encando Marta. Besos soy Marian de Peralta.

Dónfer dijo...

Me ha parecido oler el arbusto ... genial!

Nere dijo...

es la mejor descripción que e leido nunca sobre este juego al que todo niño a jugado alguna vez, sobretodo es impresionante porque se ve desde el punto de vista de ese niño. he vivido la adrenalina que te da el no ser descubierto y el correr para ser salvado antes de que te pillen. marta, sigue sorprendiendo así. yo te compraría las historias pa mis niños. un besazo.