ATREVETE


Dibujaba círculos con el índice de su mano derecha. Sobre el papel, la pluma que se había regalado, y el encargo de escribir algo. Aquél editor había convocado un concurso de relatos, y quería presentarse. Nunca había expuesto sus historias. Le parecía arriesgado e innecesario. Pero el día anterior, leyendo la convocatoria se había decidido. Quería atreverse.
La historia debía nacer de una imagen que les habían entregado en un sobre cerrado; lo abrió con cuidado y se quedó contemplando aquellos trazos. Una mujer morena se llevaba las manos a la cabeza con un gesto indescifrable en el rostro. Vestía un vestido rojo y el pelo recogido en un moño espléndido. Más abajo, casi escapando del papel, la misma mujer, pero vestida de blanco.
Miró despacio aquel duelo de imágenes, y le pareció oler el desamparo. Cerró los ojos.
Se vio de nuevo ante aquel espejo antiguo. Alguien le ayudaba a vestirse y a ultimar detalles. La emoción contenida que había en aquel vestidor, fluía ajena a la tristeza mortal que ella sentía. Ni siquiera el vestido le gustaba; el blanco hacía juego con su apatía, le oprimía el pecho, y le menguaba el alma. Nada de lo que había sucedido en el último mes le gustaba, pero no se había atrevido a decírselo a Carlos. El no escuchaba, y tanta proposición aceptada, y tantos planes, la habían llevado a aquel vestidor, y a enterrarse dentro de aquel vestido insípido.
Se montó en el Rolls Royce completamente mareada. Miraba pasar los campos a través de las ventanillas, mientras improvisaba excusas que la alejaran de aquello. Pero el coche paró, y alguien le abrió la portezuela. Una mano le ofreció el apoyo, y ella-otra vez-no supo negarse. La pequeña puerta de la Iglesia le invitó a pasar, levantó la vista del suelo, y en el mismo instante en el que vio a Carlos al final del pasillo, esperándola, pudo distinguir otra silueta en los primeros bancos. No esperaba verlo allí, tenía una buena excusa para no acudir aquella mañana. El estómago le dio una vuelta, y caminó más despacio, muerta de miedo.
Entonces se atrevió, avanzó unos pasos y, acercándose, le tomo la mano, y le susurró algo al oído. Por detrás, lejos, le pareció escuchar a Carlos decir algo, coreado por los susurros de los invitados. Sintió que respiraba mejor. El la abrazó, y sosteniéndola firme por la cintura, salieron corriendo. Arrancaron el coche, y desaparecieron.
Al cabo de unos minutos, cuando perdieron de vista la Iglesia. El la miró, y le dijo risueño “ te sienta muy bien ese color”.
Ella cogió airé, y rió como una niña. El vestido lucía rojo.
Cuando abrió los ojos, vio como Carlos le dejaba un café encima de la mesa, y salía de la habitación silencioso.
Suspiró cansada y se puso a escribir, esta vez tenía que atreverse. 

10 comentarios:

Andrea Amoretti dijo...

Eres una artista! Y atreverse... Que difícil y gran cosa! No esta mal recordarlo antes de que empiece otro lunes. Feliz semana

Anónimo dijo...

No es fácil utilizar como pretexto literario el visionado de una imagen para crear, desde ella, y tu lo haces muy bien.

Raúl
El alma difusa.

Recortables y Quimeras dijo...

Raul: Me encanta que "el alma difisa" se de un paseo por aqui. Lo de escribir a partir de una imagen es un reto que me gusta muchísimo. Gracias por tu comentario.

Andreita...tu sí que eres una artista. Querida amiga, ¡de atreverse sabes tu más que nadie!. Gracias...

mistrucosparaeducar dijo...

Impresionante guapa.
En cinco minutos me has trasladado al vestidor, al Rolls Royce, a la Iglesia y al Rolls Royce de nuevo, para despertar al mismo tiempo que ella en la mesa de mi despacho junto a mi café.
Gracias por esta maravilla de descanso. Me vuelvo a trabajar.

Familia Aliaga Urios dijo...

Tienes que dar el salto y atreverte a escribir largo y tranquilo... lo malo es que me quedaría leyendo hasta el final... deseando que nunca llegara.

Recortables y Quimeras dijo...

Mistrucosparaeducar...me encantó entretenerte en ese rato del cafe gordita. Y que sepas que ya tengo tu historia en mente. Espero que te guste...gracias.

Ummm, familia Aliaga Urios...precioso comentario. Precioso. Gracias, gracias, gracias. Mi novela personal tiene dos protagonistas muy pequeñas, ¡¡y quisiera que hubiera más!!! para escribir largo y tranquilo hay que tener un talento...no se...y tiempo...algpun día quizas...me anima a seguir, de verdad!!

Pía dijo...

atreverse a escribir o atreverse a largarse...

¡que empiece a escribir porque seguro que en breve se largará!

Lo he disfrutado Marta, es muy emocionante y además con toque de esperanza final! Una muy buena lectura para comenzar el día

nere dijo...

Atreverse, esa es la cuestión.
Tú tuviste la suficiente fuerza para poder dar el primer paso, tus relatos. Ahora otro paso más, estoy segura de que puedes escribir lo que quieras.
A tus lectores nos haces soñar, sentir, sonreír, vibrar, pensar, imaginar...eres una artista.
Gracias.

Anónimo dijo...

Vaya forma de librar el reto de escribir a partir de una imagen!

Si con una imagen escribes asi
¿Te imaginas lo que podras narrar a partir de los miles de imgágenes que almacenas en tu mente ?
Felicidades!
r.lara

Recortables y Quimeras dijo...

¡Gracias!

Pía, extraño kobijo, vengaaaaaaa

Nere...tus lectores...ayyyy, me pusiste los pelos de punta!! gracias!!!

René...siempre cerca, que gusto.